miércoles, 29 de septiembre de 2010

La República

UNIVERSIDAD DEL DESARROLLO PROFESIONAL
LIC. EN EDUCACION
MATERIA: Teoría de Educación
TEMA: República
Nombre: Darlin Barrientos Franco
Bibliografía: Teoría de la Educación; James Bowen y Peter R. Hobson
Editorial: Limusa México



1.- Resumen

Sócrates sostiene que dado a que el carácter se forma a edad temprana, la educación de los guardianes ha de comenzar en sus primeros años. Por tanto, los niños seleccionados para tal educación solo han de ver el bien, que primero debe aparecer en una forma simplificada y seleccionada, dirigida hace la meta de producir personalidades armoniosas. Esto es, personas que no estén poseídas ni de una petulancia incipiente ligada a una inclinación animal arreglarlo todo por la fuerza bruta, ni débiles ratones de biblioteca sin arrestos mentales, endebles para la lucha. El  carácter de los guardianes, la energía, y la iniciativa han de estar en equilibrio con la razón. Para cultivar tales cualidades se indica que los estudios acostumbrados de los atenienses deberían ser: música, literatura y educación física.

Tal será, por tanto, el carácter de nuestros guerreros. Más, ¿de qué manera formaremos su espíritu y su cuerpo? Examinemos antes si esa búsqueda puede conducirnos al objeto de esta conversación, que consiste en conocer cómo puede originarse en la sociedad la justicia y la injusticia, a fin de no descuidar la tal búsqueda, si puede servirnos de algo, u omitirla si resulta que es inútil. Formemos a nuestros guerreros a nuestro arbitrio y por vía de conversación. Forma el cuerpo mediante la gimnastica y el alma por medio de la música.

La gracia o la falta de gracia se encuentran en sus obras; y así como la falta de gracia, de número, de armonía, suele ser indicio de mal espíritu y pésimo corazón, así las cuestiones opuestas son imagen y expresión de un espíritu y de un corazón bien hecho. Necesitamos, por el contrario, buscar artistas hábiles, capaces de seguir las huellas de la naturaleza de lo bellos y de lo gracioso, para que nuestros jóvenes, criados entre sus obras como en ambiente puro y sano, reciban sin cesar de ellas saludables impresiones por ojos y oídos, y que desde la infancia todo les mueva insensiblemente a imitar, a amar lo hermoso, y a estableces entre ello  y ellos mimos un perfecto acorde.

El hecho de que sea la música parte principal de la educación, porque el numero y la armonía, al insinuarse desde muy temprano en el almas, se apoderan de ella y hacen penetrar en su fondo, en pos de si, a la gracia y a lo hermoso, cuando se da esa parte de la educación como debe darse, mientras que ocurre todo lo contrario cuando la descuidamos? ¿ y , no será , a mas de eso , porque in joven educad como es debido en la música discernirá con todo precisión lo que haya de imperfecto y de defectuoso en las obras de la naturaleza y del arte, y recibirá de ello una impresión justa e enojosa; y por lo mismo, alabara arrebatadamente lo que observe hermoso, le dará cabida en su alma, hará de ello su alimento, y con eso formara para la virtud;  mientras que, por otra parte , sentirá desprecio y aversión naturales hacia aquello que encuentre vicioso , y eso desde su más tierna edad, antes de ser iluminado por las luces de la razón, apenas llegue la cual se abrazara con ella en virtud de la secreta relación que habrá establecido la música entre la razón y él?  Esas son, a mi ver las ventajas que nos proponemos conseguir al educar a los niños por medio de la música.
Del mismo modo, pues, que no nos hallamos suficientemente instruidos en lo que se refiera a la lectura hasta que ninguna combinación de las letras  elementales en todas las palabras, largas o breves, sin dejar una, se nos escapar, y que nos aplicamos a reconocer donde quiera que las hallemos esas letras, porque sin eso nunca llegaríamos a ser gramáticos.  Igualmente, que, si no conocemos las leras en sí mismas, jamás conoceremos la imagen que de esas letras veamos representada en las aguas y en los espejos siendo como son una y otra cosa objeto de la misma ciencia y del mismo estudio.

A mi parecer, no es el cuerpo por bien constituido que este, el que torna buena al alma con su virtud, sino que es el alma, por el contrario, cuando es buena, la que da al cuerpo, mediante su propia virtud, toda la perfección de que aquel es capaz. Tengo observado en efecto, que a los que se dedican exclusivamente a la gimnastica les queda cono consecuencia de ello demasiada rudeza, y que los que solo han cultivado la muisca son de un blandura y molicie que no les honra, precisamente. Y sin embargo, esa rudeza solo puede porvenir de un natural ardiente y lleno de fuego, que, de ser bien cultivado, daría un fruto de calor, pero que, mantenido en tensión excesiva, degenera en rudeza y aun en brutalidad. Queremos, por tanto, que nuestros guerreros reúnan a la vez esos dos caracteres, porque su acorde hace al alma a la vez valerosa moderada….

Así, no para cultivar el alma y el cuerpo (pues si este ultimo saca algún provecho de ello, es solo indirectamente), sino para cultivar solo el alma, y perfeccionar en ella el valor y la cordura, han otorgado los dioses al hombre la música y la gimnastica, para que los acuerde entre sí, entendiéndolos y aflojándolos oportunamente y en un justo grado.  Por tanto aquel que ha encontrado el temperamento justo de esas dos artes y que las aplica como es debido a su alma, ese merece mucho mas el nombre de músico y posee mejor que la ciencia de los acorde que aquel cuyo arte se limita a templar las cuerdas de un instrumento.

La selección de los guardianes: metáfora de los tres metales
La discusión gira en torno a la selección de los futuros guardianes de ese Estado ideal, y primer criterio propuesto es que tales personas han de poseer una devoción al bien común que este pro encima de sus sentimientos personales. Tal cualidad, y otras que se especifican, no se encuentran en todo el mundo en el mismo grado; l agente tiene una constitución distinta, que Platón explica mediante la famosa metáfora de los tres metales, donde sostiene que las diferencias individuales se deben a que los dioses han mezclado en nuestras almas, en proporciones diversas, los equivalentes psíquicos de los metales oro, plata, y bronce. Son aquellos que tienen dentro de si las cualidades del amor a la justicia y al bien público.

Habrán de mandar los ancianos, y los jóvenes a obedecer. Habrá que escoger, entre los ancianos, a los mejores. Sin duda los que más entienden la agricultura. Si hemos de escoger también por jefes a los mejores guardianes del Estado, escogeremos a aquellos que en más alto grado posean las cualidades de guardianes excelentes.  Para eso hace falta que, a más de la prudencia y la  energía necesarias, tengan mucho del celo del bien público. Escojamos pues, de todos los guardianes, a aquellos, que, después de nuestro maduro examen, nos haya parecido que se han pasado la vida preocupándose de hacer aquellos que redundaba en provecho publico a juicio suyo, y a quienes nada tuvo jamás fuerza  bastante para moverles a observar si han permanecido en  todo punto fieles a esas máximas, y si no les han hecho nunca perder de vista la obligación de obrar en pro de bien público el soborna o la coacción.

Las opiniones  surgen de nuestro espíritu e dos distintas maneras: o bien voluntariamente, o bien a pesar nuestro. Voluntariamente renunciamos a las opiniones falsas cuando alguien nos desengaña; abandonamos a pesar nuestro aquellas que son verdaderas.  Ahora comprendo  que los hombres renuncien a pesar suyo  a las opiniones verdaderas. Esa calamidad no puede, pues ocurrirles más que por sorpresa, por hechizo, o por violencia.

Instituiremos por jefe y guardián de la republica a aquel que en la infancia, en lo mocedad y en la edad viril, haya pasado por todas esas pruebas saliendo puro de ellas; le colmaremos de honras durante su vida, y después de su muerte  le erigiremos un magnifico sepulcro, así como todos aquellos monumentos que pueden ilustrar su memoria.   En cuanto a los que no posean ese carácter, los reprobaremos.

 Todos vosotros sois hermanos, les diré; pero el dios que os ha formado ha hecho entrar oro en la composición de aquellos de vosotros que son aptos para gobernar a los demás; así son los más preciosos. Ha puesto plata en la composición de los guerreros, hierro y bronce en la de los labradores y demás artesanos. Como todos poseéis origen común, tendréis, por lo regular, hijos que se os asemejen. Más podrá ocurrir que un ciudadano de la raza de oro tenga un hijo de la raza de plata; que otro de la raza de plata traiga al mundo un hijo de la raza de oro, y que otro tanto ocurra a las demás razas. Ahora bien, el dios ordena  ante todo a los magistrados que cuiden y atiendan principalmente al metal de que se componga  el alma de cada niño. Y si sus propios hijos  tienen alguna mezcla de hierro o bronce, no quiere el dios que en modo alguno hallen gracia ante los magistrados, sino que estos los regulen al estado que les convenga, sea el de artesano o l de labrador. Quiere asimismo que si estos últimos tienen hijos que dejen ver oro o plata en su composición, sean elevados los unos a la condición de los guerreros, y a la de los magistrados los otros, porque hay un oráculo que dice que la republica perecerá cuando sea gobernada por el bronce o por el hiero.

Si nuestros ciudadanos son debidamente educados y llegan a ser perfectos hombres de bien, fácilmente verán por si mismos la importancia de todos estos puntos y de otros muchos que aquí omitimos, como son los concernientes a las mujeres, al matrimonio y a la procreación de los hijos; verán, digo, que, como dice el proverbio, todas esas cosas deben ser comunes entre amigos. Lo cual estará muy bien. En un estado, todo depende de los comienzos. Si ha comenzado bien, irá aumentando siempre, como el círculo. Una buena educación forma naturales hermosos; los hijos siguen primeramente las huellas de sus padres, hácense bien pronto mejores que quienes les precedieron, y, entre otras ventajas, cuentan con la de traer a vida hijos que les superen también a ellos en merito, como ocurre como los animales. Los que se hallan frente a nuestro Estado, habrán de velar especialmente porque la educación se mantenga pura, y, sobre todo, para que nada sea innovado en la gimnastica y en la música, de suerte que si algún poeta hable de nuevos aires, sino de una nueva manera de cantar, y no aprueben semejantes innovaciones. No hay que encontrar ni introducir ninguna innovación por ese estilo. Tengan cuidado, pues, con no adoptar nada nuevo en materia de música, que con ello se arriesgaran a echarlo todo a perder; porque, como dice Damon, y en eso estoy en parecer mismo, no se puede tocar a las reglas de la música sin alterar las leyes fundamentales de la gobernación.

Mientras que si los juegos de los niños son regulados desde el primer momento , si el amor al orden penetra en su corazón al mismo tiempo que la música, ocurrirá , en virtud del efecto contrario , que todo saldrá cada vez mejor, de modo que si la disciplina  decayese  en algún extremo, ellos mismos la restablecerán algún día. Ellos mismos restablecerán esos reglamentos que pasan por ser minucias, y que sus predecesores habían dejado caer en desuso.  Los reglamentos son los siguientes: callar en presencia de los ancianos, levantarse cuando estos lleguen, cederles el puesto de honor en todas partes, guardar el debido respeto a los padres, conservar la manera de vestir, de cortarse el pelo, de calzar, todo la atañedero al cuidado del cuerpo , y otras mil cosas análogas.  Por consiguiente, nuestra conducta acaba por ser muy buena o muy mala según el punto de partida. Es natural que así sea.

2.-  Análisis

En la republica se sostiene una conversación muy analítica sobre la educación. Lo primero que dice es sobre la educación que debe tener un hombre para en verdad ser equilibrado por así decirlo.  Que la energía y la iniciativa de los guardianes deben de estar en equilibrio con la razón para así llevarlos hacia un buen camino.
Para que en los guardianes exista tal equilibrio deberán tener los conocimientos acostumbrados de los atenienses que son: música, literatura y educación física.

Para formar a los guerreros es necesario que aprendan tanto música como educación física, que es necesario que se tomen en cuenta ambas cosas porque de lo contrario existirá un desequilibrio en su formación.  Que si nada mas toman educación física existirá en ellos una cierta rudeza y los que solo han estudiado solo música existe en ellos blandura.  Luego comentan sobre las personas que han de mandar, dice que los ancianos son los indicados para mandar y escogerán a esos con experiencia en la agricultura. Me imagino que a los ancianos por su sabiduría que han acumulado durante su vida. Y que los jefes de estado serán escogidos los que hayan tenido preocupación en la gente que mandan, los que nunca hayan bajado la guardia de sus obligaciones por aceptar algún soborno o coacción. O sea que no hayan sido corruptos, esas personas serán las mejores para instruir y dar el ejemplo a los jóvenes.

También analizan la metáfora de los tres metales de Platón, dicen que no importando la clase de metal que sea el padre, por ejemplo oro, puede existir que los hijos de este sean de bronce o plata. O que una persona siendo de bronce, tenga un hijo de oro. También que es posible que un hijo supere a sus padres en merito. Estoy en acuerdo con esto, no quiere decir que porque los padres sean de cobre, necesariamente los hijos también lo sean, siempre hay oportunidad de que los hijos sean mejores, de oro.

Inclusive dice que la educación se debe de mantener pura, que no deben de innovar porque ahí se pierde todo lo esencial del aprendizaje. También que si se implementan reglas para los jóvenes será más fácil para los guardianes instruirlos, que es necesario que tengan respeto hacia los ancianos y sus padres,  a mantener su forma de vestir, calzar, peinado y cuidado personal como es. Que si mantienen estas reglas su conducta acabara por ser muy buena o muy mala según su punto de partida.



Lunes 13 de Septiembre 2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario