jueves, 7 de octubre de 2010

La escuela libre

UNIVERSIDAD DEL DESARROLLO PROFESIONAL
LIC. EN EDUCACION
MATERIA: Teoría de Educación
TEMA: La Escuela Libre A.S. Neill
Nombre: Darlin Barrientos Franco
Bibliografía: Teoría de la Educación; James Bowen y Peter R. Hobson
Editorial: Limusa México, pp. 309- 314


1.- Resumen
Como durante su tiempo de aprendizaje no logro aprobar en la escuela normal, fue dando clases como maestro no recibido en Dundee. Fue allí donde sintió por primera vez la presión de satisfacer las exigencias de la sociedad y después de estudiar “empollando” paso el examen para matricularse en la Universidad de Edimburgo. Neill había sido educado en el sistema de disciplina formal y de memorización verbal abstracta de las asignaturas. Una característica del enfoque pedagógico de Neill fue su insistencia en lo que llamaba “la libertad del niño”. Neill creía asemejándose en ciertos aspectos a Rousseau, que nunca se debe obligar al niño a que aprenda. Se debe permitir que siga su propio camino y que busque aprender solo por sus propias necesidades e impulsos interiores. El psicoanálisis no es una única escuela de pensamiento psicológico; por el contrario se caracteriza por múltiples teorías, a veces contrapuestas, demasiado complejas para resumirlas. En rasgos generales, sin embargo, su doctrina central es el concepto del yo: la personalidad única de cada individuo. Ese yo se establece genéticamente en la concepción; es dotado de una “naturaleza” que contiene sus propios patrones de crecimiento y desarrollo para el futuro.
La educación debe ser un “cultivar”, un proporcionar las condiciones optimas para el crecimiento, una atención cuidadosa para procurar que el abrirse no sea ni estorbado ni reprimido. La libertad según él la ve, es una ausencia de constricciones sobre el niño, es una condición donde se permite a la personalidad latente desarrollarse de la manera que refiera, aunque con el presupuesto de que el “yo” inherente es bueno, y bajo tales condiciones crecerá por tanto por el “buen camino”. para Neill, el “bien” se define por los resultados del crecimiento; el proceso determina el producto, en lo que se opone diametralmente (plenamente) a Platón, y esta de total acuerdo con Rousseau. Sostiene que los procesos del crecimiento y desarrollo van guiados por alguna especie de mecanismo regulador. Sostiene Neill que si genuinamente buscamos que cada ser humano alcance su plena estatura como persona, hemos de permitir que las fuerzas del crecimiento y desarrollo interior operen naturalmente, para lo que es esencial la libertad, en el sentido de ausencia de restricciones. Neill simplemente apela una vez más al concepto de la naturaleza, sugiriendo que la meta es el logro de la idea del yo, y que tal logro se caracteriza por la felicidad. Neill considera la felicidad como aquella condición en la que el individuo participa en la sociedad en un equilibrio completo, con capacidades latentes tan cultivadas que participa significativamente y con un sentido satisfactorio de trabajar óptimamente. Es difícil definir la felicidad con exactitud, aunque tiene una cualidad en gran medida estética: proviene del sentido cotidiano del desenvolvimiento y satisfacción con la propia participación en la vida.
La disposición de una ambiente que dé apoyo a la necesidad que tiene el niño de desarrollar sus potencialidades. Idealmente no debería haber ningún plan de estudios fijos, y toda cultura de la civilización debería ser un reino emocionante donde el niño pudiera explorar y participar en aquellas características que interesan a sus necesidades personales. El maestro ha de actuar psicoanalíticamente; su tarea consiste en ayudar al niño evitando dirigirlo lo más posible, de manera que pueda proseguir sus investigaciones y la búsqueda del yo particular. Sobre todo, el maestro no debe imponer su propia voluntad o su personalidad sobre el niño, y por tanto es canon de tal procedimiento que todo castigo y coerción deben quedar abandonados. Al niño no hay que obligarlo a que haga nada, y ello por dos buenas razones: porque la obligación vicia el principio de la libertad, que es necesario para el debido desarrollo del yo, y porque las cosas que se aprenden bajo coerción (dominación) no se integran del todo al yo. La moralidad es fundamental un proceso social y si tiene algunos absolutos todos parten de un principio cardinal de respeto por el individuo. Por lo tanto, la propiedad privada se justifica porque pertenece al individuo y ayuda a mantenerlo.
Neill persevero en sus creencias y sostuvo que jamás exigió a ningún niño que aprendiera: solo a medida que el niño la busca, se le da la enseñanza. Jamás se a puesto totalmente a prueba su manera de proceder. Se dispone de un plan de estudios normal (para aquellos niños que asisten libremente a clase) porque es el único modo de hacer que obtengan los créditos necesarios para emplearse o para lo demás en el mundo exterior. El sistema de Neill insiste tanto en la auto motivación y en el impulso permanente para adquirir el conocimiento según la capacidad personal, que en realidad conduce a la supervivencia del más fuerte, que en este caso son los alumnos más motivados e inteligentes. El meollo es la ausencia de restricciones sobre el individuo, pero también está la noción de libertad como oportunidad de actuar en el mejor interés de uno mismo, lo que, supone cortapisas sobre los deseos conflictivos. Toda la cuestión de la relación entre la filosofía y teoría pedagógica debe ser tomada en cuenta cuando se trata de Neill.
2.- Análisis
Creo que Neill tiene una forma de pensar realista, pero hasta cierto punto. El consideraba que a los niños no se les debía obligar a aprender, que se les enseñaría según el deseo que tuviera el niño de aprender nuevos conocimientos. Si tiene razón, pero pienso yo, “a qué edad se debe emplear esto? ¿Cuál es la edad correcta en cual los niños pueden tomar decisiones sobre aprender o no?” estoy de acuerdo con Neill pero creo que esta decisión no debería ser tomada por niños a tan temprana edad, porque si dependiera de ellos creo que la mayoría preferiría jugar que aprender. También habla sobre la “Libertad” del niño, en la cual no deben de existir restricciones para que así, el niño pueda desarrollar su personalidad latente. Dice que cada persona tiene como un mecanismo regulador de crecimiento, en el cual va pidiendo el conocimiento según su desarrollo. Dice que si queremos que cada individuo alcance su “estatura ideal” es necesario dejar que la naturaleza tome su curso y no tratar de apresurarla, por así decirlo.

La Sociedad planeada

UNIVERSIDAD DEL DESARROLLO PROFESIONAL
LIC. EN EDUCACION
MATERIA: Teoría de Educación
TEMA:
La sociedad planeada. B.F. Skinner
Nombre: Darlin Barrientos Franco
Bibliografía: Teoría de la Educación; James Bowen y Peter R. Hobson
Editorial: Limusa México pp. 263- 308
Burrhus Frederic Skinner estudio la licenciatura en artes en el Hamilton College, donde se especializo en ingles y en los clásicos. Su creciente interés por la psicología le indujo a regresar al trabajo académico, y en 1928 se matriculo para obtener el grado de maestría en artes, especialidad psicología; en la Universidad de Harvard. Después de haber obtenido dicho titulo pasó a trabajar en su doctorado en filosofía, en 1931. Durante toda su vida, Skinner ha sido adalid (guía) del enfoque científico a la conducta, mediante el control de los organismos efectuando cambios en su ambiente inmediato. Su descubrimiento más importante fue conocido como condicionamiento “operante”. En el condicionamiento clásico se presentaba el estimulo y el sujeto respondía automáticamente, siendo su respuesta una acción refleja, como la salvación en el caso del perro al que se le ofrecía alimento.
En la nueva sociedad de Skinner el hombre estará programado por aquellos que gobiernan para actuar en la forma deseada; ya no será dejado al azar. El hombre ya no será el dueño de su propio destino, ni quedara libre para escoger su propio estilo de vida; su autonomía quedara sacrificada al mayor bien de la sociedad. La filosofía de que todo individuo del mundo tiene derecho a una participación igual en los bienes materiales, un derecho igual a privilegios educativos y culturales y, lo mas importante de todo, el derecho a determinar y a actuar según su propio sistema de valores es considerado por Skinner como uno de los factores principales que acrecientan la situación de la crisis. Tomada la educación en el sentido mas estrecho de educación formal, Skinner considera que desempeña un rol esencial en el avance hacia una sociedad controlada científicamente. La enseñanza programada en su sentido mas amplio ha de construir presumiblemente la base de los métodos que se usen, de manera que los niños serán programados bajo condiciones científicas controladas para que desarrollen los tipos apropiados de patrones conductuales. Skinnner nos sugiere mucho a la imagen de gente manipulada como títeres por algún controlador omnipotente y omnisciente. Pero también, una vez más, Skinner replicaría que esto no seria tan perjudicial como parece. Por más que pensemos que estamos disfrutando de la libertad de elección, en realidad ponemos por obra un proceder de conducta determinado que depende en su totalidad de nuestras experiencias pretéritas.  Skinner recomienda que sustituyamos un conjunto de controladores de nuestra conducta por otro; sustituyamos los actuales controles azarosos  (arriesgados) y mal coordinados por controles basados en el examen científico de lo que se requiere para la supervivencia de la humanidad.
Las semejanzas entre las propuestas de Skinner y las de Platón, es que ambos desean producir una sociedad utópica que este bien ordenada, sea feliz e inmutable en sus características básicas; ambos consideran la educación como indispensable para realizar tal cosa; ambos ven la necesidad de que haya un pequeño grupo de lideres que instituya y dirija la nueva sociedad (los filósofos-reyes de Platón y los controladores científicos de Skinner). Skinner refiere al pensamiento educativo como un nuevo intento por proporcionar una variante contemporánea al modelo tradicional, variante que ofrece metas y propuestas similares, aunque empleando metodos distintos para lograrlos.

El nuevo hombre soviético

UNIVERSIDAD DEL DESARROLLO PROFESIONAL
LIC. EN EDUCACION
MATERIA: Teoría de Educación
TEMA: El nuevo hombre soviético. A. S. Makárenko y La sociedad planeada. B.F. Skinner
Nombre: Darlin Barrientos Franco
Bibliografía: Teoría de la Educación; James Bowen y Peter R. Hobson
Editorial: Limusa México pp. 215- 261 y 263- 308

1.-  Resumen
Antón Semiónovick Makárenko educador comunista ruso, qué representa un patrón de un tipo diferente de ciudadano, el “nuevo hombre soviético”, por obra de la educación. Se relaciono con cuestiones de enseñanza, siempre alumno diligente, con cierto olfato para la redacción creativa y para la literatura en general, fue admitido fácilmente al cabo de unos meses de haber cumplido los dieciséis  años, en 1904 a un curso de un año de preparación magisterial. Demostraba ser un maestro prometedor y logro la admisión a un curso avanzado de preparación magisterial en el Instituto Normal de Poltava, donde se graduó en 1917, obteniendo la medalla de oro del instituto. En 1919, fue director de la escuela de Poltava, puesto que mantuvo durante doce meses, cuando se le encomendó una institución para delincuentes juveniles.  La esencia de la teoría educativa de Makárenko estriba en su concepto de la primacía de lo colectivo y no de lo individual. La principal preocupación de la educación debe ser la subordinación de la individualidad al bien común.  Para Makárenko la educación es fundamentalmente el proceso mediante el cual cualquier persona, ya desde los primeros años de su vida, llega a valor tanto la enseñanza como el trabajo. Makárenko trabajo en orfanatos o también colonias, resultaban atípicas, como admitió sin embages, del tipo usual de ambiente educativo. Hay tres palabras que se pueden traducir, según sea el contexto, por “educación”: prosveshchenie, obrazovanie y vospitanie. La primera significa ilustración, la segunda “formación” y la tercera “disciplina” y también “autodisciplina”.
El propósito fundamental de la educación era producir al “nuevo hombre soviético”, crear a una persona del todo imbuida de la moralidad comunista. La escuela debía ser el agente primordial, primordialmente porque se consideraba a la familia como una influencia perniciosa (dañina). Sostenía, las metas de la educación no se debían predeterminar a priori, sino que debía provenir de las necesidades sociales de la propia gente. Rechazo la creencia psicología contemporánea en las diferencias individuales e incluso se rehusaba a aceptar los registros de los antecedentes de los niños cuando eran puestos bajo su cuidado. Cada niño era visto como una persona que debía ser absorbida en la colectividad de la escuela. Definía la escuela como una colectividad con una meta común, la cual era producir una moralidad comunista, lo que se lograba haciendo de la escuela un sistema bien determinado (que denominaba régimen  (reyim) que conduce al desarrollo de la disciplina. No obstante distinguía muy bien entre disciplina y los procesos de premios y castigos. La disciplina tiene una calidad moral bien determinada. Mientras que exige sumisión a lo colectivo, cada persona la debe considerar benéfica tanto para la colectividad como para sí. La tradición colectivista o régimen actúa como un reforzamiento positivo de la conducta infantil, puesto que en efecto el niño que entra a gusto en el espíritu de la escuela halla recompensas inherentes (inseparables, propios) al propio sistema.  Makárenko dividió la escuela en dos operaciones al parecer excluyentes: la de la enseñanza en el aula y la de enseñanza social. Makárenko sostiene que en realidad desarrollo un método universal aunque lo disimulo a pesar de las experiencias prácticas de un maestro sin arte. Además, sus enfoques no parecen demostrar que pueda haber o de hecho tenga lugar un crecimiento gradual en el desarrollo moral a partir de los primeros estadios del egocentrismo y de la presión situacional, hacia los del respeto por la ley y el orden, la manifestación de consideración por los derechos de los demás y el entendimiento y hasta preocupación genuina por la prestancia de la justicia.

La perspectiva progresista

UNIVERSIDAD DEL DESARROLLO PROFESIONAL
LIC. EN EDUCACION
MATERIA: Teoría de Educación
TEMA: La perspectiva progresista de Juan Jacobo Rousseau y John Dewey
Nombre: Darlin Barrientos Franco
Bibliografía: Teoría de la Educación; James Bowen y Peter R. Hobson
Editorial: Limusa México pp. 122-131 y 165-171

1.- Resumen

Juan Jacobo Rousseau
Parece claro que muchas de las actitudes que Rousseau desarrollo tanto frente a la educación como frente a la vida en general se debieron en gran parte a su propia vida insegura y de manera especial a sus primeros intentos fallidos de encontrar una vocación. Parece que siempre sufrió de cierto sentido de frustración y de insatisfacción, y mostro gran antipatía frente a loas sociedades en que le tocó vivir. La falta de una vida hogareña solida u de una educación apropiada, sin duda desempeñaron importante papel en determinar tanto su interés inicial por la educación, como el punto de vista revolucionario que adopto frente a esta. Formo una filosofía educativa que constituyo la primera amenaza importante a la filosofía de la educación privada de Platón y Aristóteles, que constituyó la doctrina dominante hasta el siglo XVIII. El cambio revolucionario fomentado por Rousseau es que, en vez de que la educación se centre en lo que se enseña (la materia), se debería centrar en quien es enseñado, o sea, en el niño, no según el criterio de las materias que se piensa, debería aprender. Esto, pues, es un cambio radical de énfasis en el proceso educativo, conduce a destronar al maestro como figura de autoridad, cuya función es impartir la materia al alumno.  Una consecuencia posterior a colocar al niño en el centro de la educación es que se vuelve necesario considerar sus necesidades e intereses como primordiales. Sostenía que la naturaleza del niño es intrínsecamente buena y que, contrariamente a la doctrina cristiana del pecado original, no existe ningún mal en el niño recién nacido.

El desarrollo natural, es el ideal y se ha de evitar cualquier interferencia. La educación al viejo estilo de deletérea por eso mismo, puesto que trata de convertir al niño en un buen ciudadano; ello significa educar al hombre para los otros, en vez de para si mismo. Por lo tanto, la educación pública queda desterrada en el Emilio como algo natural, y en su vez debe establecerse la educación individual. Esta protegerá al niño de los efectos dañinos de la sociedad corrupta y permitirá que su bondad innata se desarrolle como debe de ser. Una vez logrado esto, no habrá inconveniente en que el niño, incorrupto como estará, entre la sociedad, porque ahora será impermeable a las influencias perjudiciales. ¿Pero como hay de proteger al niño ante la sociedad y al mismo tiempo darle la debida educación? El Emilio es el intento de Rousseau por la respuesta a esa pregunta. Una de las principales tareas que Rousseau se impone en esa obra es describir la naturaleza del niño y como permitir que se desarrolle de acuerdo con sus propias leyes internas.

Libro I: después de algunas observaciones generales sobre educación de acuerdo con la naturaleza, trata de la primera etapa del desarrollo del niño, es decir de la infancia, que para Rousseau abarca desde el nacimiento hasta la edad de doce años. Subraya la importancia de que el niño sea criado por su propia madre y no entregado a una ama. El cometido principal del tutor es procurar que las oportunidades del niño de tener todas las experiencias diferentes que pueda no se le restrinjan, a menos – que vaya a sufrir algún daño. No hay que permitir que el niño contraiga hábitos, puesto que en estos crean nuevas necesidades que no se deben a la naturaleza.
En el Libro II: se introduce el siguiente estadio del desarrollo que dura de los dos a los 12 años. Aquí introduce el concepto de instrucción negativa, que significa proteger al niño de influencias malignas, en vez de enseñarle cosas para las que no está preparado. La educación en este escalón afirma, “consiste no en enseñar la virtud y la verdad, sino en preservar el corazón del vicio y la mente del error”. La educación negativa es también el modelo en la esfera de la moralidad. Rousseau recomienda que cuando el niño haga algo malo se le castigue, sino que por el contrario se le deje a que sufra las consecuencias de su mala conducta, como en el ejemplo del niño que ha roto la ventana de su alcoba. Rousseau, además sostiene que las ideas del deber u la obediencia son innecesarias y perjudiciales. La ley de la necesidad es la única a la que debe estar sometido el niño; en otras palabras, debe depender de las cosas más que de los hombres.  En esta etapa, un niño no puede entender las reglas morales y sociales y seria perder el tiempo cualquier esfuerzo enseñárselas.  
En el Libro III: abarca los años de 12 a quince, que es la primera adolescencia en el esquema de Rousseau. En esta época la curiosidad innata del niño esta mucho mas desarrollada y, debido a que su interés natural por el mundo no ha sido amortiguado pro intentos prematuros de enseñarle conocimientos verbales y abstractos, tiene la mente abierta y dispuesta para explorar el ambiente en el que vive. En este periodo el único libro que debería leer es Robinson Crusoe, y es fácil ver por que Rousseau lo ha escogido. Es el relato de un hombre que vive en un ambiente del todo natural y sus capacidades para resolver problemas prácticos que se le presentan en la isla. Es el modelo perfecto del tipo de vida que Rousseau considera apropiado en esta etapa.
En el Libro IV: es el periodo comprendido entre los quince y los veinte años, pro fin Emilio esta listo para actividades sociales e intelectuales y el tipo de educación que ahora va a recibir no es muy diferente de la practica normal en el siglo XVIII. La importancia para Rousseau  es que ha sido propuesto hasta que el niño ha estado listo, y de esa manera llega fresco y lozano, por lo que recaba un beneficio máximo. El plan de estudios contendrá historia, literatura, arte, idiomas, estudios sociales y política. Ahora su entrada en la sociedad es segura, porque esta equipado para enfrentarse a sus peligros, pero Emilio los resistirá. El buen gusto lo va adquirir mediante el estudio de la literatura y el teatro así como tomando parte en la sociedad culta y a través de los viajes.
Lo importante en el Emilio es su nueva perspectiva radical en cuestiones de educación, y si bien esta expresión de nuevo punto de vista contiene fallas, muchas de ella no fueron características necesarias del mismo y pensadores progresistas posteriores como Dewey pudieron partir de él  y extenderla perspectiva inicial que presentara Rousseau. Este en efecto, ha rendido un servicio permanente al pensamiento educativo con solo cambiar el énfasis al niño como centro del proceso educativo. Algunas de las tendencias de la teoría educativa que fluyen en este cambio de énfasis y claramente realzan la innovación trascendental de Rousseau en el pensamiento educativo son las siguientes:

1.      Apreciar el valor del aprendizaje de descubrimientos y de resolución de problemas como técnicas educativas.
2.      Limitar el primer aprendizaje del niño a cosas que están dentro de su propia experiencia y que por lo mismo tiene significado para él:
3.      Subrayar los derechos de cada niño a consideración individual, libertad y felicidad;
4.      Percatarse de la necesidad de entender la naturaleza del niño y el modo como ésta se va desarrollando desde la niñez a la adolescencia, y aplicar el conocimiento de esto para determinar lo que debe aprender en cada estadio de su desarrollo, y
5.      Tratar al niño como un ser con derecho propio, no como una miniatura de adulto, y por lo mismo subrayar el enriquecimiento de su experiencia presente en vez de prepararlo para algún futuro distante.




John Dewey
Dewey se intereso por la educación y la institución de la escuela porque creía que la filosofía, en esencia, es “la teoría generalizada de la educación” y de esa manera, siguiendo su aceptación creciente del pragmatismo, vio que si tal criterio se aplicaba a la actividad escolar, gran parte de esta última se llegaría a considerar en menos que insignificante; era positivamente des- educativa, en el sentido más profundo del término. La educación en buena parte, se concebía como el proceso de la instrucción formal primordialmente en los elementos relacionados con las letras y con las habilidades vocacionales respectivas y secundariamente como adquisición de una amplia gama de conocimientos. La tarea del maestro se sabia muy bien: tenia la responsabilidad de organizar el conocimiento de una manera estructurada, empleando por lo general tales principios de ordenamiento como el paso de lo simple a lo complejo, de lo conocido a lo desconocido, comunicándoselo a los alumnos, sea oralmente, por escrito en la pizarra, o haciendo que leyeran en libros o en mapas. Los alumnos debían aprender de memoria esa información, y por lo mismo se empleaba el coro y otras técnicas mnemónicas, pensándose que con el tiempo la mente se organizaría como era conveniente conforme al paradigma  paralelo de la objetividad ordenada del mundo exterior. En fin, el propósito de la enseñanza era lograr una pauta verbal, y simbólica del conocimiento en la mente supuestamente receptiva del niño.

Sin embargo, siempre había un problema que presentaban los propis alumnos. Ese método de enseñanza de manera especial porque eran comunes las clases numerosas, significaba que los niños debían quedarse sentados quietamente para poder captar las palabras del maestro. Se premiaba la pasividad; como se decía con ingenio en la lengua inglesa las escuelas eran “sit-stilleries” por lo que el maestro tenia un cometido mas, que era el de mantener el orden. Se otorgaban premios, siempre exteriores a la tarea, cuando este se llevaba a cabo satisfactoriamente, y esta practica se institucionalizo en una de las grandes paradojas: las recompensas con frecuencia asumían la forma de un exención de trabaja ulterior, hasta el grado de que se permitía al niño abandonar la escuela antes de que sonara la campana. Los castigados operaban a la inversa, y así cuando no se lograba aprender, generalmente se acrecentaba la carga laboral que el niño no había logrado concluir, o se recurría a la azotaína o a la vara. Eso procedimientos, al propia tiempo, se creía que estructuraban el carácter moral y conducía al cultivo de la virtud.

Dewey reacciono vigorosamente contra tal práctica general. La educación tradicional según asevero una y otra vez, autoritaria; se fundaba en que el alumno necesariamente tenía que depender de la mente y voluntad de otro. Sostenía que toda le educación debía ser científica en el sentido riguroso de la palabra. La escuela debía convertirse en un laboratorio social donde los niños aprendieran a someter la tradición recibida a pruebas pragmáticas de la verdad; el conocimiento acumulado por la sociedad debería verse operar de manera palpable. Y además este debía ser un proceso continuado: la escuela debía desarrollar en el niño la competencia necesaria para resolver los problemas actuales y comprobar los planes de acción del futuro de acuerdo con un método experimental. La base de la teoría de Dewey tiene un punto de partida antropológico y psicológico. La vida, afirma, busca su propia razón de ser, que el hombre se procura mediante la sociedad organizada. La educación es fundamental en ese proceso porque permite que el individuo mantenga su propia continuidad, aprendiendo las técnicas de supervivencia y de desarrollo a partir de la experiencia acumulada por su grupo. A medida que la vida se vuelve más compleja, la educación también se transforma en algo más “formal” que “intencional” y en gran parte esta dirigido a lograr que el joven acabe aceptando la moralidad de su sociedad.
El niño, cuya característica dominante el la plasticidad, ha de mantenerse en esa tesitura; debe ser animado a que siga esta proclividad “natural” a buscar inquirir, explorar y sumergirse en el ambiente y aprender de la experiencia. Esto conduce a un crecimiento, entendiendo por ese concepto fundamental la noción de la formas mas deseable de comportamiento humano, que es la disposición de reaccionar siempre a las nuevas situaciones con interés, flexibilidad y curiosidad. El hombre ha de buscar siempre responder creativamente. Los contrario es responder con un solución dada, un prejuicio, donde se impone una actitud estática, ya mantenida, una creencia, sobre la nueva situación. Actividad es uno de los términos clave de Dewey; es la característica humana dominante. El actúa constantemente para mantener la continuidad de la vida, porque la constancia de la continuidad, y por tanto la supervivencia, son parte del orden de la naturaleza. Dewey considero la vida como una secuencia continua de retos, punto de vista que ese encarecía mas en la época en que le tocó vivir. Otra de sus grandes ideas educativas: la educación debía estar en consonancia con la sociedad, la que en ese tiempo era una democracia industrial en desarrollo. La educación en si debía ser un proceso democrático de actividad conjunta, guiada por la forma más excelsa de resolución de problemas jamás ideada: el método científico.

La perspectiva experimental es esencial para dar soluciones constructivas, y Dewey fue de sus iniciadores en el pensamiento educativo. ¿Cuándo pensamos realmente? Se preguntaba, y su repuesta estuvo pronta: cuando se no desafía. Y los retos, como ya se ha señalado, son parte de nuestra vida. Así vino su siguiente pregunta: ¿Cómo pensamos? Y esa respuesta, en este caso, ofrecía dos alternativas: aceptando las opiniones ajenas, o bien participando nosotros mismos en un proceso de investigación crítica. El primer enfoque no es propiamente pensamiento y es característico del esclavo: el hombre democrático debe alcanzar soluciones genuinas. Pensamos en el sentido pleno de la palabra, cuando nos vemos retados por un problema que nos estimula a buscarle una solución. El paso siguiente es recoger dato; inquirir las condiciones que causan el problema. Luego pensamos una secuencia ordenada de etapas hacia una solución, o en palabras de científico, construimos una hipótesis y posteriormente la comprobamos con la aplicación, la cual, en caso de que rinda una confirmación, resuelve el problema. Si la hipótesis no se confirma, entonces volvemos a los datos y empleamos la hipótesis fallida como un elemento mas, a la  que tratamos de estructurar una nueva hipótesis muchas veces antes de que lleguen las soluciones finales, y lo mismo vale decir de la vida humanas en general.

Dewey se opuso siempre tanto al dualismo de la metafísica tradicional como a la tendencia constante de dar sustancia a las abstracciones. Por lo mismo critico conceptos tales como mente, inteligencia, interés, atención y disciplinas en las discusiones educativas. Dewey creía que si las escuelas basaran sus actividades en la investigación científica desaparecería una buena cantidad de obligación y coerción, y se harían innecesarias, más bien redundantes, practicas falsas tales como la motivación. Y esta, a su vez conduciría a la desaparición de uno de los máximos enemigos de la democracia, el dualismo, heredado de los griegos, de ocio y trabajo. Dewey sostenía que la moralidad se aprende dentro de un contexto social observando las reglas correspondientes, y esas reglas en su teoría emergen de una experiencia conjunta y compartida. Así, el maestro es a la vez un alumno cooperativo, pero mayor y mas sensato. Su cometido consiste en auxiliar al niño a aprender los valores de la participación democrática, no impartiendo información sino inquiriendo las situaciones problemáticas. Aprendemos cuando, enfrentados a la necesidad de escoger entre diversas posibilidades de acción, nos dedicamos a construir hipótesis que, por definición, anticipan las consecuencias de determinado modo de actuar. La genuina moralidad proviene siempre de buscar continuamente el ser flexibles, estar alerta y creativamente preparados ante los nuevos desafíos: transmitir esta cualidad a los más jóvenes es el propósito más excelso que se puede dar a la educación.


2.- Análisis

La perspectiva progresista se enfoca en dos personas: Juan Jacobo Rousseau y John Dewey. Su forma de pensar de estos dos es muy interesante y creo que importante en la opinión de la educación. Así como Platón y Aristóteles tuvieron acuerdos y desacuerdos también Rousseau y Dewey.  En primer lugar Rousseau consideraba que el niño debía ser el centro de la atención en cuanto a la educación. Haciendo esto el maestro se enfocaría en las necesidades del niño. Rousseau escribo un libro llamado El Emilio en el cual expreso sus ideas sobre la educación de forma natural. Este libro es basado en un niño imaginario llamado Emilio, aquí describes Rousseau los pasos necesarios que se deben de llevar a cabo en la educación y según en el periodo de edad que el niño tenga. Algo que me llamo la atención es que dice que en la infancia el niño debe de ser criado por su propia madre o no por otras personas. Abarca diferentes etapas del crecimiento del niño, pero su propósito final es preparar al niño o joven para entrar a la sociedad, en donde ya con sus conocimientos adquiriros en casa por sus padres podrá defenderse de los hábitos malos y situaciones que se le presenten. Luego esta Dewey, el cual piensa que el método de educación en la cual se dan a los alumnos premios o castigos esta mal. Dice que la educación se debe impartir con un método científico. Pensaba que la manera de enseñar en donde los niños están quietos y atentos a la información que el maestro daba era incorrecta. Que era necesario por así decirlo, que los niños pudieran experimentar y moverse de sus pupitres y también preguntar no solo escuchar.  Me gusto más el pensamiento de Rousseau el cual para mi seria el ideal emplear en los niños, pero que en estos tiempos por cuestiones de tiempo y trabajo es imposible llevar acabo.

Plan de eswtudios para la educación del guardian

UNIVERSIDAD DEL DESARROLLO PROFESIONAL
LIC. EN EDUCACION
MATERIA: Teoría de Educación
TEMA: Plan de estudios para la educación del guardián
Nombre: Darlin Barrientos Franco
Bibliografía: Teoría de la Educación; James Bowen y Peter R. Hobson
Editorial: Limusa México pp. 68-78


1.- Resumen

Ahora la discusión se vuelca sobre el plan de estudios para el designado guardián. Partiendo del fundamento de los estudios de la música, la literatura y la educación física. Se propone un plan de matemáticas de diez años –aritmética, geometría (plana y solida), astronomía, a lo que seguirá un quinquenio de dialéctica. No se trata aquí de arrojar un tejuelo, como en el juego, sino de impartir al alma un movimiento que, del día tenebroso que la rodea, la eleve hasta la verdadera filosofía. La llamo en general la ciencia de los números y del cálculo. Indispensable es para el guerrero, si quiere entender algo de la ordenación de un ejército, o más bien si quiere ser hombre. Presenta la ventaja que se busca, la de elevar al alma a la pura inteligencia, y llevarla a la contemplación de lo que es, mas nadie sabe servirse de ella como es debido. La vista, decíamos, percibe el grandor y la pequeñez, no como dos cosas separadas, sino como cosas confundidas, y para poner en claro esa separación confusa, el entendimiento , haciendo lo contrario de la vista, se ve esforzado a considerar el grandor y la pequeñez, no ya como confundidos, sino como distintos el unos de la otra. Los objetos sensibles, unos incitan al alma a la reflexión, designando así a los que producen a la vez dos sensaciones contrarias; los otros no invitan al espíritu a reflexionar, porque solamente una reflexión hacen nacer en él.
Si logramos un conocimiento suficiente de la unidad por medio de la vista o de cualquier otro sentido, ese conocimiento no podrá dirigirnos hacia la contemplación de la esencia. El conocimiento de la unidad es uno de los que elevan al alma y la vuelven hacia la contemplación del ser. La aritmética y la ciencia del cálculo tienen por objeto el número. Una y otra llevan al conocimiento de la verdad. Necesarias son en efecto, al guerrero para disponer bien un ejercito; al filosofo para salir de lo que nace y muere, y elevarse hasta la esencia misma de las cosas; porque sin esto jamás habría un autentico matemático.  Pongamos pues como ley para aquellos que entre nosotros están destinados a ocupar los primeros puestos, que se apliquen en la ciencia de calcula, que la estudien , no superficialmente, sino hasta que, por medio de la pura inteligencia, hayan llegado a conocer la esencia de los números; no para las ventas y compras, sino para aplicarla a las necesidades de la guerra y facilitar al alma el camino que debe llevarla desde la espera de las cosas perecederas a la contemplación de la verdad y del ser.
La virtud que posee para elevar el alma, obligándola a razonar sobre los números tales cuales son en si mismos, sin tolerar jamás que sus cálculos versen sobre números visibles y palpables. No podemos pasarnos absolutamente sin esas ciencias, puesto que es evidente que obliga al alma a servirse de entendimiento para conocer la verdad. Los que han nacido calculadores, dotados de espíritu de combinación, tiene mucha facilidad para casi todas las ciencias, y que los mismos espíritus pesados, cuando se han destinado suficientemente en el calculo, consiguen con ello, cuando menos, la ventaja de adquirir mas facilidad y penetración. La geometría mueve el alma a contemplar la esencia de las cosas, nos conviene; si se detiene en sus accidentes, no nos conviene. Hablan de cuadra, de prolongar, de añadir, y así sucesivamente, como si realmente operasen, como si todas sus demostraciones tendiesen a la práctica, cuando toda esta esencia no tiene otro objeto que el conocimiento. Atrae el alma hacia la verdad, forma en ella el espíritu filosófico, obligándola a dirigir hacia lo más alto sus miradas, en lugar de posarlas, como suele hacerse, en las cosas terrenas. Las ciencias de que hablamos ofrecen una considerable ventaja, pero que pocas gentes saben apreciar. Consiste esa ventaja en purificar, en reanimar un órgano cuya conservación nos importa mil veces más que la de los ojos de cuerpo, puesto que solamente gracias a él percibimos la verdad.
La astronomía obliga al alma a mirar a lo alto, y a pasar de las cosas de la tierra a la contemplación de las del cielo. Los astrónomos: indagan de que números resultan los acordes que hieren el oído; pero no llegan hasta ve en esos acordes exclusivamente un medio de descubrir cuales son los números armónicos y cuales no, ni de donde procede esa diferencia entre ellos. El estudio de las ciencias de que hemos hablado produce el efecto, eleva la parte más noble del alma hasta la contemplación de lo más luminoso que existe en el mundo material y visible. La mayor parte de las arte solo se ocupa de las opiniones de los hombres, y de sus gustos, de la producción y de la fabricación, o incluso simplemente del mantenimiento de los productos des la naturaleza o del arte. En cuanto las artes restantes, como la geometría y todas del mismo orden, que según nosotros, tiene algún comercio con lo que es, vemos que el conocimiento que poseen del ser asemeja a un sueño; que les será imposible siempre verlo con la clara visión que distingue la vigilia del ensueño, mientras no se eleven por encima de sus hipótesis, de las cuales no pueden dar razón. Si algún día te hallases en efecto encargado de la educación de los mismos discípulos que aquí formas por modo de discurso, no lo pondrías, sin duda al frente del Estado, con pleno poder para disponer en los mayores asuntos, si sus pensamientos fuesen para ellos lo que son en geometría las líneas irracionales, y no pudiesen dar razón de mas nada. Les prescribirás, pues, que se apliquen especialmente a la ciencia de interrogar y responder de la manera más sabia posible. – Por tanto, estimas que la dialéctica es, por así decirlo, el supremo ápice y como de las demás ciencias, que no hay ninguna otra que deba por cima de ella, y que cierra la serie de las ciencias que importa aprender. – En efecto.

La Forma del Bien

UNIVERSIDAD DEL DESARROLLO PROFESIONAL
LIC. EN EDUCACION
MATERIA: Teoría de Educación
TEMA: La forma del bien
Nombre: Darlin Barrientos Franco
Bibliografía: Teoría de la Educación; James Bowen y Peter R. Hobson
Editorial: Limusa México pp. 60-68


1.- Resumen

La definición del Bien es fundamental en la argumentación, lo que Platón realiza por su teoría de las Formas que se presenta en una prolija metáfora. En el mundo físico, según explica, el ojo puede ver objetos porque están iluminados por el Sol, que es una fuente de luz; de igual manera, en el mundo inteligible, el ojo de la mente puede “ver” los objetos inteligibles porque están iluminados por la Forma de Bien, que es la fuente de la luz intelectual. Aquí estriba la base de su tesis educativa: solo hay algunos que tienen la capacidad de “ver” en el mundo inteligible y alcanzar, por ende, la Forma de Bien. Se trata de persona s que poseen una “energía ínsita en su alma”. Se sigue que en el Estado, por lo mismo, ha de ser gobernado por tales personas, y como estas contienen en si mismas la justicia aceptaran su obligación de dar el Estado el beneficio de su prudencia.

Sabes que cuando volvemos los ojos a objetos que no están iluminado pro el sol, sino por los astros nocturnos, cuesta trabajo distinguirlos, esta uno casi ciego, y la vista no es clara. Pero que, cuando miramos los objetos iluminados por el sol, entonces los vemos distintamente, y la vista esta muy clara. Lo mismo ocurre respeto al alma. Cuando esta fija sus miradas en objetos alumbrados por la verdad y por el ser, los ve claramente, los conoce, y muestra estar dotado de inteligencia; mas cuando vuelve su mirada a lo que esta mezclado con tinieblas, a lo que nave y perece turbarse su vista, se oscurece, y solo tiene opiniones que cambian a cada paso: en una palabra, que parece por completo desprovista de inteligencia. Los seres inteligibles no solo reciben del bien su inteligibilidad, sino, además, su ser y su esencia, aun cuando el propio bien no sea su esencia, en dignidad y en poder.

La primera clase de cosas inteligibles; El alma, para llegar a conocerla, se ve obligada a servirse de suposiciones, no para llegar hasta un primer principio, porque no puede remontarse mas allá de las suposiciones que ha hecho, sino que empleando imágenes terrena y sensibles, que solo pro la opinión conoce, y suponiendo que son claras y evidentes, se ayuda de ellas para el conocimiento de las verdaderas figuras.  La segunda clase de cosas inteligibles; Son aquellas que el alma capta inmediatamente por vía de razonamiento, haciendo algunas hipótesis que no considera como principios, sino como simples suposiciones, y que le sirven de grados y de puntos de apoyo para elevarse hasta primer principio independiente de toda hipótesis. Cuatro clases de objetos sensibles e inteligibles cuatro diferentes operaciones del alma, a saber: a la primera clase, la pura inteligencia; a la segunda, el conocimiento razonado; a la tercera, la fe; a la cuarta, la conjetura; y a cada una de estas maneras de conocer mas o menos evidencia, según que sus objetos participen en mayor o menor grado de la verdad.

Un hombre sensato se hará la reflexión de que la vista puede ser turbada de dos maneras y por dos causas opuestas: por el paso de la luz a la oscuridad, o por el de la oscuridad a la luz; y aplicando a los ojos del alma lo que acontece a los de cuerpo, cuando la vea turbada y embarazada para distinguir ciertos objetos, en lugar de reírse sin razón de semejante perplejidad , examinara si proviene de que descienda de in estado mas luminoso ; o si es porque, pasando de la ignorancia a la luz, quede ofuscada por su fulgor excesivo. En el segundo caso, la felicitara por su perplejidad; en el primero compadecerá su suerte; o, si quiere reírse a costa suya, su burlas serán menos ridículas que sus se dirigiesen al alma que vuelve a descender de la morada de la luz.